Un padre y esposo ejemplar ha desaparecido sin dejar rastro... al menos eso es lo que su familia dice. Pero una serie de asesinatos en el Distrito Federal mostrarán que todos tenemos terribles secretos que esconder.
Para su familia, Rogelio Santillán era un hombre común y corriente, siempre preocupado por su familia y por su comunidad. Sin embargo, un día sin más, desapareció sin dejar rastro, causando un gran dolor a su esposa y a sus dos hijas. Dos semanas después, y sin la ayuda de la policía del Distrito Federal, la señora Carmen Rubio sigue buscando desesperadamente a su esposo, sin tener ningún resultado. Es en ese momento cuando, por recomendación de una de sus amigas más cercanas, contacta a Julio Bernal y Aurora Díaz, dos detectives que, de forma clandestina, se dedican a resolver diversos casos que la corrupta policía del Distrito Federal no atiende. Tras ser informados de todos los pormenores del caso, ambos deciden iniciar la investigación. Sin embargo, tras solo unas horas de haberse reunido con la señora Rubio, ella les llama paras informarles que su hija mayor ha sido asesinada de forma cruel, y su cuerpo ha sido abandonado a un lado del tráiler que su marido conducía. Los detectives no tendrán más remedio que apresurar la investigación e infiltrarse en el bajo mundo criminal del norte de la ciudad de México, tratando de evitar caer en las manos del regente de la ciudad tras en una trampa que los ha hecho parecer como los líderes de una organización terrorista.
